22.4.15

Las once palabras


                 La frase estaba escrita, enviada, leída.  Fueron once palabras que le congelaron el alma y le hicieron sonreír aquella fría mañana de invierno, sonrisa que iluminó todo lo que tenía a su alrededor.

Meses antes ella  había estado soñando con fantasmas, hasta que un buen día tuvo uno de frente, sabía que existía, en algún lugar del universo, en otra dimensión, no importaba cuán lejos estuvieran porque a pesar de ello, había una conexión que podía percibir cualquiera que leyera su mirada.

La mañana en que recibió ese mensaje, tuvo la misma sensación que deja un beso apasionado, cuando el  escalofrío recorre tu cuerpo, la humedad se apodera de ti, los latidos del corazón se aceleran y las pupilas se dilatan. Había aprendido a leer entre líneas y a escribir metáforas en el viento, sabiendo que algún día sus letras llegarían a su destino.
La chica que no cree en Grey.

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