Nadie me había preguntado quién
soy, hasta entonces me di cuenta de que a ciencia cierta no lo se. Tengo un nombre
tal vez, tengo un apellido que alguna vez alguien me dio sin muchas ganas y
otro más del cuál me siento orgullosa, ese que porto y presumo por ahí, por allá.
¿Quién eres?, nuevamente no se.
Pensé que tenía una profesión, pero eso no tiene nada que ver con quién soy.
Grave que a estas alturas y a mis 50 años no sepa nada con respecto a mi
identidad. Me perdí en el abismo de sus palabras y un buen día perdí la
identidad...
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